Es la técnica básica para controlar la velocidad en los primeros pasos de esquí, utilizada también para frenar y girar. Cuando no hay espacio para girar, o las condiciones del terreno o climatológicas lo aconsejan, la cuña es utilizada por esquiadores de todo nivel y condición.
El secreto de la cuña radica en saber colocar los esquís en posición de «V» de tal manera que las espátulas queden juntas y las colas muy separadas. La velocidad, la frenada o el giro se controlan mediante el canteo de los esquís. Así pues, cuanto más se canteen los esquís, más se frenará y menor será la velocidad. Cuanto menos se claven los cantos, más velocidad se alcanzará y menos frenada se obtendrá.
La posición clásica de la cuña se consigue flexionando los tobillos, haciendo presión sobre la bota y flexionando también las rodillas hacia dentro. Cuando el esquiador se desliza de cara a la pendiente, con el cuerpo centrado entre los esquís, deberá ir con el tronco relajado, las manos al frente y los bastones hacia atrás. Es importante no llevar una posición forzada, como si fuera sentado. Para conseguir un mejor canteo hay que flexionar las rodillas y juntarlas hacia el interior, manteniendo las espátulas unidas y las colas separadas. Para empezar la frenada hay que colocar los esquís sobre los cantos interiores repartiendo el peso por igual entre ambos. Si se presiona levemente, se notará que los cantos muerden la nieve y que su velocidad va progresivamente aminorando siempre proporcionalmente a la presión que se ejerza sobre los cantos interiores. Si se va a mucha velocidad, será necesario ejercer una presión proporcional y por tanto, mayor que si simplemente está deslizándose.
El control de la velocidad con la cuña es muy sencillo, bastará con ir abriendo o cerrando alternativamente la cuña para controlar la velocidad de descenso. Si el esquiador va con los esquís paralelos en descenso directo y quiere reducir la velocidad, deberá flexionar y separar los esquís en una cuña pequeña apoyándose siempre sobre los cantos interiores. Ahora, hay que aumentar el ángulo de los esquís, todo lo que sea necesario, hasta notar que se está frenando y reduciendo la velocidad. Una vez reducida la velocidad, si se desea aumentar la simplemente habrá que juntar los esquís y ponerlos paralelos.
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